Pies planos

Hablaremos de deformidad menor pero muy frecuente en los niños preescolares puesto que todos nacemos sin arco longitudinal del pie y poco a poco se va desarrollando con el tiempo cuando el niño empieza a ponerse de pies y a caminar. Es decir que el arco del pie lo desarrollan nuestros músculos y tendones y para ello lo notaremos cuando ya se tiene tono muscular. Es por ello que un niño de dos años todavía no ha desarrollado sus músculos y casi siempre pensamos que tiene pies planos y estamos preocupados hasta que el pediatra se lo explique a la madre. A partir de los 5 años ya se debe notar un pequeño arco que se pronuncia al ponerse el niño de puntillas. Si en bipedestación se pierde nuevamente el arco y aparenta un pie plano, estaremos hablando de pie plano flexible; que irá recuperándose con el tiempo y es totalmente funcional ( No se considera patológico ya que no suele causar dolor o dificultad para hacer actividades físicas de ningún tipo incluidas las deportivas ).

En caso de acompañarse de valgo importante del talón, entonces se puede emplear una plantillas o taloneras que ayudan a corregir en parte la deformidad. No se debe olvidar que el mejor tratamiento es el profiláctico con ejercicios para fortalecer la musculatura de la pierna, tobillo y pie. El pediatra le entregará a la madre una serie de ejercicios domiciliarios que se deben llevar a cabo a diario. Se aconseja estimular al niño a hacer actividades físicas y también caminar descalzo en arena, actividad que se produce fácil llevando al niño a la playa con frecuencia.

Si llegamos a adultos con pies planos flexibles, no será un grave problema puesto que se puede llevar un estilo de vida totalmente normal siempre y cuando estemos en forma desde el punto de vista físico para mantenerse con buen tono muscular y así sufrir menos dolores.

Sólo en caso de pie plano rígido o pie paralítico, el pediatra remitirá el niño al traumatólogo para investigar posibles anomalías congénitas difíciles en ocasiones de diagnosticar y más difíciles de tratar.

En el adulto tratamos solamente a los pies dolorosos según sintomatología. Se colocan plantillas para aliviar el dolor y nunca para corregir deformidades. Aquí es importante recalcar que NO se debe llevar plantillas por el simple hecho de que tras un estudio de pisada se lo indicaron. SOLO en caso de dolor ya sea de pies, piernas o caderas que se achaque a la pisada o a una discrepancia de longitud de las piernas, entonces se indican plantillas. A menudo nos llegan deportistas jóvenes con dolor de cadera sin lesión aparente y tras un largo interrogatorio aveces se acuerdan decirnos que llevan un alza. Nos cuentan sus colegas en el entrenamiento les aconsejaron hacer un estudio de la marcha y entonces le indicaron un alza sin que nunca haberse quejado de dolores. Esto no sería práctico ya que el esqueleto se habrá adaptado a la pequeña diferencia de altura en las caderas y la columna y la cadera están ya inclinadas ligeramente desde su niñez para compensar y equilibrar. En cambio si hay dolor y sobrecargas relacionadas, estaría aconsejado sí realizar un estudio del esqueleto y de la longitud de las piernas.

Hay que señalar que existe el pie plano adquirido por lesiones traumáticas o degenerativas que conllevan a insuficiencia del tendón del tibial posterior, una patología de muy mal pronóstico ya que termina por deformar completamente el pie y tobillo y causará gran incapacidad para caminar. Este tipo de afecciones se debe evitar desde que se da cuenta de la tendinitis o lesión del tibial posterior antes de que se deforme por completo el pie.

Una vez haya quebrado el arco, se inclina el tobillo hacia un lado causando una verdadera cojera. Entonces se trata mediante cirugía ( operación sobre huesos que está al alcance de pocos especialistas muy expertos en la materia ).